El objetivo de su retiro en la Casa de Emaús fue el de tener un encuentro personal, prolongado y profundo con el Señor, buscando la orientación y gracia del Resucitado para su propia experiencia de respuesta vocacional.
En un clima de silencio, recogimiento y algunos encuentros ocasionales con los catequistas de la Casa de Emaús, esta religiosa experimentó la gracia de Dios de formas insospechadas y agradeció al Señor por su estadía entre nosotros.
Hoy 22 de octubre finaliza sus ejercicios y se despide con una actitud gozosa y grata.Actualmente, la hermana Irene realiza su labor pastoral en Buenavantura (Colombia) en medio de aquella comunidad vulnerable y necesitada de Dios.
Dios bendiga la vida y apostolado de esta hermana en la fe que entrega día a día lo mejor de sí para llevar la gente de la comunidad de Buenaventura hacia Jesucristo, camino, verdad y vida de la humanidad.
¡Éxitos hermana, Dios la bendiga!
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